Hace unos meses fui a Estados Unidos de vacaciones. La idea era conocer las dos ciudades más importantes de ese país, Washington D.C. y Nueva York. Aunque era más incómodo y más caro, quise llegar primero a la capital porque los Spurs visitaban a los Wizards y Manu Ginóbili jugaba uno de sus últimos partidos como basquetbolista profesional, una oportunidad única de verlo que nunca me hubiera imaginado pero esa es otra historia.
Al llegar al mediodía al aeropuerto Ronald Reagan, previa conexión con Atlanta, tomé un subte -sí, tienen una estación dentro del aeropuerto – hacia la casa que había alquilado en las afueras de la ciudad. Mientras viajaba, leí uno de los diarios gratuitos que reparten en el transporte y recordé que ese mismo día, el 24 de marzo, cerca de 800 mil personas iban a manifestarse frente al Capitolio en contra del uso y la venta de armas, uno de los pilares del conservadurismo americano, apoyado por el presidente Donald Trump, que supo ocasionarle muchos dolores de cabeza a la sociedad americana. Los peores, culminados en grandes tragedias de asesinatos en masa, como recientemente sucedió en Jacksonville, capital del Estado de Florida, donde un adolescente asesinó a sangre fría a tres personas en un torneo virtual de fútbol americano.
#Marchforourlives
Tal como anticipaban los medios, al menos 800 mil personas se movilizaron en el National Mall, un espacio de parques y museos que se encuentra entre el Capitolio y el monumento a George Washington, primer presidente de los Estados Unidos. Ahí, en el sitio más emblemático del país, rodeado de los museos que muestran los triunfos y las glorias norteamericanas, la misma cantidad de personas que viven en la zona norte de la Ciudad de Buenos Aires se autoconvocaron a reclamar por la sanción de una ley que ponga límites a la venta libre de armas.
La movilización comenzó un sábado a las 15hs así podían llegar las personas que trabajaron por la mañana. A las 18hs finalizó. No había micros, la gente fue caminando o en subte, algunos pocos en auto. Después se juntaron a tomar un café o una cerveza en los bares próximos al evento, que estuvieron abiertos durante la totalidad de la marcha con clientes sentaron en las mesas al aire libre porque había buen tiempo y nadie pensaba que podía haber algún incidente.
Lo más significativo, además del reclamo por una causa justa, son los detalles. Nadie pisó el pasto de los parques, no se cerraron al tránsito las avenidas –salvo las dispuestas por la policía- la basura estaba en el basurero, los manifestantes iban al baño en el baño y tomaban agua, que los organizadores le entregaban gratuitamente en los puntos de hidratación ubicados para que todos pudieran acceder a ellos. La desconcentración se hizo caminando por las veredas, claro, el tránsito ya estaba abierto y nadie se animaría a impedir la libre circulación de los automovilistas.
Siendo argentino, la comparación con las movilizaciones que hay en nuestro país, especialmente en la Ciudad de Buenos Aires, es casi imposible no hacerla. Calles cortadas, disturbios, peleas con periodistas, policías y otros manifestantes. Gastos de $38 millones en reconstruir monumentos históricos como la plaza del Congreso, destruida por manifestantes en contra del proyecto de ley de la Reforma Previsional, en diciembre del 2017. Muchas veces el resultado se repite: la basura en la calle, manifestantes yendo al baño en los árboles o en las fachadas de los negocios, cortes de tránsito, que devienen en llegadas tardes al trabajo o al destino que fuera.
A las 18.30hs entré al museo del Aire y el Espacio, enfrente del lugar donde habían estado los 800 mil, el lugar había abierto a las 10hs y estuvieron de corrido hasta las 20hs como un día normal y, por supuesto, sin incidentes.
¿Cuántas personas se movilizaron en la Marcha por Nuestras Vidas?
- 1,2 millones a lo largo del territorio de Estados Unidos
- 800 mil en Washington D.C.
Tiroteos en centros educativos
- Desde el 2009 se registraron en los Estados Unidos 288 casos en los que al menos una persona resultó herida. México con ocho y Sudáfrica con seis son los siguientes países que más padecen estas tragedias.
- Desde 1989 ocurrieron 17 tiroteos masivos en los que al menos murieron tres personas. En total hubo 171 víctimas mortales.
¿Por qué en los Estados Unidos?
- La segunda enmienda de la Constitución protege el derecho de poseer y portar armas.
- Pocas limitaciones para adquirir y utilizar armas de fuego. No hay mayores controles de antecedentes penales y de salud mental para quien quiera adquirir una.
- Cuatro de cada diez hogares tienen al menos un arma.
- Hay alrededor de 310 millones de armas en el país. Casi una por habitante.
- Se venden 1,3 millones de rifles de asalto por año. El AR-15 es el más comercializado.
- Por alrededor de 100 dólares cualquier persona con solo un documento que verifique su identidad puede disparar rifles militares en una armería.
¿Qué pasa en la Argentina?
- El caso más recordado es el asesinato de tres adolescentes en la escuela Islas Malvinas de Carmen de Patagones en el 2004. Rafael Junior Solich de 15 años fue el autor del sangriento crimen, quien por ser menor de edad fue declarado inimputable y se encuentra en libertad.
- Para obtener un arma de fuego es necesario tener una licencia de legítimo usuario. Son condiciones excluyentes ser mayor de 21 años, estar apto psicofísicamente, no tener antecedentes penales, poseer un certificado de idoneidad en el manejo de armas y tener un medio lícito de vida (trabajar).
- El trámite cuesta hasta $500 y te habilita a mantener el arma en tu poder, transportarla descargada y separada de sus municiones, y usarla con fines lícitos (caza, tiro deportivo, etc).
- Para llevar un arma por la calle es obligatorio poseer una licencia de portación. El requisito necesario es tener fundadas razones de seguridad y defensa que se alegan para peticionar la portación. Su costo es de $2750.
Crédito imagen de portada: Rosa Pineda