Brian Sarmiento es uno de los jugadores más controvertidos del fútbol argentino. Su estilo de juego y su forma de ser despiertan el amor y el odio de los futboleros. La música, el baile y los tatuajes son las grandes pasiones del rosarino que comenzó su carrera en España.
Con goles y muy buenas actuaciones, Brian Sarmiento se transformó en la figura del Cervecero. Más allá del dolor por cómo se dio la derrota ante Independiente cuando Quilmes había llegado a un heroico empate, los hinchas de Quilmes ya lo miman. Y es la gran esperanza para lo que se les viene a los de Pablo Quattrocchi. Por su personalidad, Sarmiento se destaca tanto dentro como fuera de la cancha. “Me gusta meterle buena onda a todo”, cuenta el rosarino en una charla mano a mano en el césped del Estadio Centenario. “Ojalá pueda hacer más goles en esta cancha para poner feliz a la gente y para que al equipo le vaya de la mejor forma. Y también para seguir mostrando mis pasos de baile”, comenta con una sonrisa quien confiesa que se la pasa todo el día bailando, incluso en el vestuario. “Mi música preferida es la salsa, que pongo mientras nos cambiamos para salir a entrenar. También me gusta el merengue y la cumbia santafesina”, admite el mediapunta, quien idolatra al puertorriqueño Marc Anthony y al santafesino Sergio Torres.
Me encantaría vestir en un futuro
la camiseta de River o la de Boca”
Uno de los pilares más importantes de su vida es la fe. “Adoro a Dios, creo que hay que confiar en alguien y me gusta que sea en él. Antes de entrar a jugar le pido que me ayude a tomar buenas decisiones y que ningún jugador de los dos equipos se lesione. Eso es lo más importante”, expresa. El ex jugador de Estudiantes de La Plata, entre otros equipos, se define como “familiero” y traslada los sentimientos por sus seres queridos a su piel. “Tengo un Cristo brasileño protector de la familia en mi brazo izquierdo junto con un ángel de la guarda para que cuiden a mi mujer y mis dos hijas, de quienes también tengo sus nombres inmortalizados. Este trabajo me lo hizo un tatuador que conocí en Brasil cuando jugué en el Ponte Preta”, relata.
La carrera del hábil futbolista no ha sido precisamente de las más tranquilas. Desde su precoz paso al fútbol español (Racing de Santander), antes de debutar en Primera en su país hasta la suspensión por parte de la FIFA de una temporada para poder jugar por irregularidades en su pase. “Fueron todos momentos muy feos, que no me dejaron tener continuidad ni vestir la camiseta de la Selección sub 17. Mi viejo me quería convencer de nacionalizarme español para jugar para la Furia pero ni loco lo hubiera hecho”, puntualiza sobre la particular situación.
Igualmente, señala que le gustaría volver a jugar en ese país europeo. “Tengo ganas de irme para España de nuevo. Mi mujer es de ahí y me quedaron las ganas de triunfar allá. También me encantaría vestir en un futuro la camiseta de River o de Boca”.
Tengo un Cristo brasileño protector de la familia en mi brazo izquierdo junto con un ángel de la guarda”
Sarmiento sabe que su forma atrevida de jugar, le gusta a los hinchas del Cervecero. “Me gusta ser vistoso para la gente y ayudar al equipo yendo siempre para adelante y encarando a todos los rivales como si todos los partidos fueran el último de mi vida”, asegura quien ya marcó tres goles y vive un buen momento en el Decano. “Estoy muy contento por como me están saliendo las cosas en el club y más porque pudimos sacarnos la presión de no haber podido sumar de a tres en el campeonato. El otro día nos fuimos con mucha bronca de Avellaneda porque habíamos llegado bien al empate, con mucho esfuerzo, y se nos fue al final. De ahora en más vamos a salir a ganar en todas las canchas desplegando el buen fútbol que practicamos durante toda la pretemporada y ojalá que este viernes podamos estirar la racha de victorias en el Centenario. Queremos que los hinchas sean felices”, concluye.
Crédito imágenes: Diario Clarín